La habitación de la conciencia.

-Entra-. Oí al abrir la puerta, no veía nada, ya que la oscuridad envolvía toda esa estancia que no conseguía vislumbrar.

-¿Qué piensas?- Me pregunto.

La verdad es que llevaba mucho tiempo sin permitirme el lujo de pensar, ya que mis pensamientos eran más fuertes de lo que podía soportar, y desde luego esta vez no iba a ser una excepción.

-Inténtalo-. Me dijo esta vez.

Ni de coña, había decidido no volverlo hacer, ya había sufrido bastante y no podía bajar la guardia.

-¿Sufrir? Eso está sobrevalorado-.

Me quede congelado. ¿Está sobrevalorado? ¡JÁ! esa presión en el pecho , esa ansiedad y esa angustia, no la vuelvo a pasar ni loco.

-Atrévete-. Me estaba retando.

Nunca me ha importado el valor, lo que sé que no puedo hacer no lo puedo hacer, ¡Qué más dará!, como si eso cambiase algo, como si así de repente esto fuera a mejorar.

-No te hablo de valor-. Dijo confundiéndome.

Como sigamos así no terminamos nunca, y a oscuras esto no me inspira mucha confianza.
“No te hablo de valor”… repetí sus palabras sin entender nada. Si no es eso a lo que se refiere, -¿Qué podrá ser?, que quite el muro de mi cabeza…-, dije irónicamente. -Jajajajajajajaja- Me eche a reír.

-No eres tan tonto como te crees-.

Ahora sí que si, esa vocecita se estaba burlando de mi. Pero si lo decía enserio, ¿Sería lo del muro?, ¿Iba bien encaminado? Si es verdad que…. bueno… admito que… podría llevar como una coraza… o no, ¡Y yo que sé!

-¿Qué piensas?-. Se repetía.

Aparte de que esto es una chorrada. Que si, que no me expongo a nada , ¿Contento?.

-¿Lo estás tú?-.

…. …. ….. . .. . . . . ….

Me dejó mudo.La verdad es que no.

-¿Por qué?-.

Porque no pienso… supongo.

-¿Qué piensas?-.

Esta es la tercera vez que me lo preguntas

-Espero que sea la última-.Y no volvió hablar.