sábado, 23 de enero de 2010

La princesita que por no sentirse mal rompio su amor

Erase una vez (típico comienzo, por cierto) una princesita que vivía en un reino lleno de felicidad y amor.
Esta princesita iba buscando una cosa, intentar que esa felicidad se extinguiera.
Un Día llego un trovador al reino, y como la princesita se aburría a todas horas empezó a ir a ver sus espectáculos. A la princesita le encantaba, le hacía pasar las horas como si fueran minutos y siempre que se acababan estaba deseando que llegase mañana para oírle una vez más.
Sin darse cuenta todo el rencor y rabia que tenia hacia la demás gente iba desapareciendo y ella misma empezó a sentir esa felicidad que odiaba.
Ella se servía de su presencia y cantares para sentirse mejor e ir superando su frustración.
La princesita se sentía como si acabase de nacer y esta fuese la verdadera vida que tenia k a ver llevado siempre. Les presento a los reyes y a todo el pueblo, todos estaban contentos de que la joven princesa hubiera encontrado la felicidad.
Pero dentro del trovador todo se iba volviendo negro, ya que mantenía siempre a la princesa con una sonrisa, mientras él iba haciendo lo posible para mantener la suya. No podía quejarse o decir una opinión por miedo a que la sonrisa de su amada desapareciera.
Ella se valía de su amor para hacer que sus caprichos y antojos se cumpliesen, ya que el trovador intentaba lo mejor y e vitaba su malestar.
El joven se sentía feliz por a ver encontrado el amor que no se daba cuenta lo desdichado que era en realidad y no sabía cómo soportar más a la princesita para poder estar siempre con ella.
Sus caminos se separaron cuando ella clavo la ultima puñalada que él puso aguantar.

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